La semana santa en la Ciudad optense, es una de las más bonitas de la zona y hace juego con el conjunto de monumentos que adornan la Ciudad Noble y Leal, según reza en título concedido en si día por los Reyes Católicos.
Desde el Domingo de Ramos al que han dado bello prólogo los cultos que la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de arraigada devoción en la Ciudad, ésta se prepara al triduo sacro, con solemnes actos.
El día de Miércoles Santo es de una belleza inigualable, en especial el vía crucis que organizado por los jóvenes sube hasta las ruinas del antiguo castillo, parando en cada una de las cruces situadas a lo largo del camino; a este acto acude gran cantidad de gente.
El día de Jueves Santo, es de destacar la procesión con las sagradas imágenes de Jeusu Nazareno “El Rico”, impresionante talla de autor anónimo, probablemente del siglo XVI-XVII, al que se le tiene gran devoción en la localidad por lo varios milagros que se la atribuyen. En el museo de arte sacro, se conserva un manto regalo del Rey Fernando VII en su visita a Huete. Con la imagen de la Verónica, el Cristo de la Columna y la Soledad. En esta procesión hay una bella representación del “encuentro entre Jesús y la Verónica” en la plaza de Santo Domingo en la “Chopera”, bonito parque de la época de los Austrias, se representan las tres caídas en medio de in clima de intensa emoción, cuando ya las luces del alumbrado público ilumina el anochecer.
La madrugada del Viernes Santo, Jesús Nazareno, acompañado de su Madre dolorosa, recorren el citado parque de la “Chopera”, siendo saludados por el canto de las aves y el silencioso correr de la brisa, que no quiere turbar el silencio que acompaña la procesión.
Este silencio es sobrecogedor en el Santo Entierro, cuando la Virgen se despide de su hijo muerto, quedándose acompañada por sus cofrades en la histórica iglesia del Cristo, cuyo pórtico de Andrés de Vandelvira rinde mudo homenaje a este acto, mientras el Yacente baja a ser depositado en la histórica iglesia del convento de la Merced.
Y luego en la procesión del “Encuento” entre Cristo Resucitado y su Madre en la bella plaza del Fray Ambrosio Montesino, pone punto final a los días dolorosos, para abrir paso al tiempo pascual y a la primavera de la Redención traída por Jesucristo.
FERNANDO LEON CORDENTE MARTINEZ.