El Curso de la Naturaleza de Ki-Full Katai es una simbiosis perfecta de la práctica de las artes marciales y el aprendizaje del camino de la vida en su sentido amplio, una jornada del Curso puede ser tan diferente, y la vez tan inevitablemente complementaria a la del día anterior como lo son el yin y el yang. La segunda mitad del entrenamiento del miércoles supuso una de las sesiones más duras y agotadoras para los budokas de lo que llevaban de semana. Tras subir a la cima más alta del pueblo cargados de los tantos y bidones de agua, el equipo de artistas marciales se dispondría a realizar un entrenamiento de defensa personal contra tanto en el suelo. Todo ello en un escenario en el que embravecido viento levantaba todo tipo de arena, vegetaciones y otros objetos que dificultaban la respiración y visión de los luchadores. Tras volver a la Encomienda de la Orden Bonaria, y tras un breve parentesis para cenar, continuarían con un exhaustivo entrenamiento nocturno de bokken y katana que duraría más de 2 horas. En palabras del soshu Mario Padilla, los entrenamientos con armas deben hacerse en momentos de máxima concentración, para sentirse un uno con el silencio y tranquilidad de nuestro entorno, es por eso que dichos entrenamientos especiales con este tipo de armas no están comenzando nunca antes de las 24:00, es importante experimentar las oportunidades que un entrenamiento en grupo a la luz de las estrellas nos ofrece. Así acabaría la jornada del miércoles.
Es el cuarto día desde que comenzara la decima edición del Curso de la Naturaleza de Ki-Full Katai, el primero que se realiza en Huete sede del Bailiato de Castilla la Mancha de la Orden Bonaria. Y si el cansancio y sufrimiento extremo era la nota predominate entre los constantes y tenaces budokas, sin embargo este meridiano día resultaría ser una jornada mucho más relajada y ociosamente divertida de lo que se había vivido hasta hoy, un completo contraste que nos muestra las diferencias que pueden darse en un periodo de tiempo tan breve y a la vez intenso como éste.
El día comenzó para el equipo poco después de las 6 de la mañana como es usual desde que comenzara el curso. Tras una sesión de carrera en un parque cercano a la Encomienda de la Orden Bonaria, realizarían sendos ejercicios de fuerza y resistencia de piernas y brazos. Pero éste sería el último entrenamiento del día ya que el resto de la jornada lo tendrían libre para alivio de muchos de los budokas. Los compañeros de Ki-Full Katai aprovecharían para dormir, estudiar, trabajar o bañarse en la piscina, pero lo más significativo del día sería la visita de la expedición a la ciudad de Cuenca. Allí visitarían la ciudad, comerían de restaurante, fotografiarían las Casas Colgadas y posarían en algunos de los más emblemáticos ríos de la zona, como puede comprobar en las fotografías. Tras esto volverían a su alojamiento en la ciudad de Huete donde la jornada de descanso continuaría de forma continuada, allí algunos aprovecharían a realizar algunas de las necsarias labores domésticas mientras otros descansarían merecidamente.
Otro de los eventos más significativos para el grupo también sería la bienvenida de un nuevo miembro a la convivencia de Ki-Full Katai en la Encomienda de la Orden Bonaria, éste sería Juan Carlos Puente, que por motivos laborales no había podido asistir hasta hoy: "Sí, sé que ahora me tocará trabajar duro para ponerme al ritmo de mis compañeros, pero si algo tiene de bueno este Curso de la Naturaleza es que cada día entrenaremos una faceta del Camino que complementa y a la vez es independiente de las otras. Por lo tanto no creo que exista ningún problema en incorporarme a la mitad ya que no existe propiamente un principio y un fin. Seguro que voy a sufrir como el que más y haré que no se haya notado mi ausencia". Sin duda Juan Carlos tampoco será el último en llegar, puesto que está previsto la llegada de 3 compañeros más para mañana viernes. Si algo caracteriza al Curso de la Naturaleza, así como la visión de las artes marciales del estilo Ki-Full Katai esto es la flexibilidad y compatibilidad de su práctica con la vida cotidiana de sus practicantes, ya que un artista marcial lo es en todos y cada uno de los aspectos de la vida, vida y artes marciales son un todo indivisible y ninguna de sus partes podría existir con toda su esencia sin la otra.