El equipo de Ki-Full Katai ha completado hoy su segunda jornada de entrenamiento en el pueblo de Huete. A más de uno le debió costar despertarse en este primer albor de entrenamiento después de las horas pasadas frente a la maravillosa vista nocturna que les deleitaba el mirador de la Encomienda de la Orden Bonaria.
Ya todo el mundo depierto y todavía en ayunas, la expedición salió a correr durante más de una hora y realizó algunos ejercicios de calentamiento. Tras volver a las instalaciones y ya sí desayunar, el equipo llevo a cabo un fuerte entrenamiento de fuerza y resistencia en los alrededores de la Encomienda de la Orden Bonaria, muy cerca de la casa por si las fuerzas flaquearan bajo el poderoso sol de agosto en Huete, así como en sus propias instalaciones. Tras esto tocó un breve y reconfortante chapuzón en la piscina para que después todo el mundo pudiera comer en fraternidad y así recuperar fuerzas.
El cansancio se hacía notar en los compañeros de de Ki-Full Katai y la hora de la siesta hacía estragos, quizás no tanto por la dureza de los entrenamientos sino más bien por la adaptación del viaje y el asentamiento. Después de comer hubo un breve tiempo de ocio, algunos aprovecharon para dormir, leer y trabajar en la biblioteca, ver televisión o descansar entre amigos.
Las horas de sol pasaban y la brisa de la naturaleza se levantó con delicia. Un aire sin contaminar que la expedición de Ki-Full Katai proveniente de Madrid disfrutó con especial ahincó aliviando así su sudor y esfuerzo. Tras un duro entrenamiento de defensa personal volvieron ya a las instalaciones de la Orden Bonaria para posteriormente visitar el pueblo con una finalidad ya algo más turística.
